La Escuela Técnica N° 1 de Tornquist se prepara para un viaje educativo
Alumnos y docentes recorrerán centrales nucleares, termoeléctricas e hidroeléctricas. Dialogamos con Diego y Augusto Pizzo, Tomás Casco y Juan Scharff.
La Escuela Técnica N° 1 de Tornquist está trabajando en los preparativos de un ambicioso viaje educativo que involucrará a estudiantes desde tercer hasta séptimo año. El objetivo es recorrer distintas instalaciones que conforman la matriz energética nacional, como centrales nucleares, termoeléctricas e hidroeléctricas, en una experiencia que combinará formación técnica, conocimiento cultural y crecimiento personal.
Diego Pizzo, Jefe de Área y docente de la institución, explicó que este proyecto viene gestándose desde hace varios años y que finalmente se concretará en octubre. “Venimos trabajando en un viaje de estudio que ya está en marcha. Vamos a recorrer parte del circuito de la matriz energética de nuestro país. Visitaremos la central nuclear de Atucha, la termoeléctrica de San Nicolás y la hidroeléctrica de Salto. También pasaremos por Rosario, donde recorreremos el casco histórico y el Monumento a la Bandera, entre otros puntos de interés”.
El grupo partirá el domingo 19 de octubre por la noche y regresará el sábado siguiente por la madrugada. Durante esos días, vivirán una intensa agenda de actividades pedagógicas, técnicas y culturales. “Será una experiencia muy rica para los estudiantes, sobre todo para los del ciclo superior que están próximos a egresar. Pudimos conseguir más cupos para las visitas, así que se suman también alumnos de tercer año. Toda la escuela va a participar”, agregó Pizzo.
Además del itinerario relacionado con la energía, se visitará en Esteban Echeverría una planta que importa máquinas CNC para mecanizado de muebles, donde los alumnos recibirán una capacitación específica. “En cinco horas los chicos van a diseñar muebles que luego llevaremos a la escuela. Será una jornada intensa y muy formativa”, señaló el docente.
La organización del viaje requiere un importante esfuerzo económico, en especial por los costos del transporte. Para financiarlo, la comunidad educativa ya se encuentra trabajando en diversas actividades. “En agosto vamos a realizar una pollada en Tornquist y otra en Sierra de la Ventana. También sortearemos un cordero cocinado en un chulengo hecho por los chicos, que se entregará a domicilio. En cada evento ofreceremos productos elaborados en el taller: tablas, cocinas rocket, atizadores, entre otros elementos”, detalló Pizzo, quien agradeció además el acompañamiento del municipio, que brindará apoyo logístico y humano.
Augusto Pizzo, alumno de séptimo año, destacó el valor educativo del viaje: “Es una oportunidad increíble para conocer cómo se genera la energía que llega a nuestras casas. Más allá de estudiarlo, poder ver y recorrer una central termoeléctrica, hidroeléctrica o nuclear es emocionante”. En cuanto a su futuro, afirmó: “Quiero estudiar ingeniería nuclear. Primero voy a hacer dos años de ingeniería en computación en Bahía Blanca, y después continuaré en el Instituto Balseiro”.
Tomás Casco, también estudiante de la escuela técnica, señaló que esta experiencia no solo refuerza contenidos, sino que permite aplicar conocimientos a proyectos concretos. “Actualmente estamos desarrollando una estación de recarga eléctrica en la escuela, que tendrá sistema para cargar celulares y también dispensar agua caliente y fría. Se instalará en el patio para uso de todos los estudiantes. Además de cumplir con nuestras prácticas profesionalizantes, nos sirve para aplicar lo aprendido”.
Juan Scharff, otro de los alumnos próximos a egresar, ya ha participado de experiencias similares en el pasado: “Tuvimos la posibilidad de recorrer Pampa Energía y PCR, en el sur de la provincia, para conocer su infraestructura eólica. Ahora vamos a ampliar esa visión con las centrales nucleares e hidroeléctricas del norte del país”. En cuanto a su futuro, expresó que desea seguir ingeniería mecánica y valoró especialmente el uso de herramientas y equipos complejos que la escuela les brinda: “Aprendimos a usar tornos y otros instrumentos que no hubiéramos conocido de otra manera. Es una gran preparación para lo que viene”.
Para Diego Pizzo, más allá del contenido técnico, la experiencia tiene un fuerte componente formativo: “La técnica es una gran familia. Más allá de las diferencias que puedan surgir, todos trabajamos con un objetivo común: que los chicos se formen como personas y como profesionales. Este tipo de viajes refuerza los lazos, les da herramientas para desenvolverse en otros contextos y los prepara para el mundo real”.
Este año egresarán cuatro estudiantes: tres varones y una mujer, provenientes de Tornquist y Sierra de la Ventana. Mientras tanto, toda la comunidad educativa continúa trabajando para lograr el objetivo final. “Lo más difícil es el transporte, por la cantidad de kilómetros y los costos que implica. Ya tenemos el alojamiento y estamos cubriendo lo que falta, pero aún necesitamos colaboración. Por eso invitamos a toda la comunidad a sumarse a los eventos que pronto vamos a difundir, y también a visitar la escuela para conocer el trabajo que realizan los chicos”, concluyó Pizzo.
