Colocarán una “Biblioheladera” en la Plaza Ernesto Tornquist

Estudiantes de segundo año de la Escuela Secundaria Nº 3 impulsan un proyecto comunitario para fomentar la lectura en espacios públicos: instalarán una heladera reciclada como biblioteca en la plaza Ernesto Tornquist. La iniciativa cuenta con el acompañamiento de la preceptora Patricia Bentivoglia y la directora del establecimiento, Daniela Consoli.

La propuesta surgió durante las horas libres, que los estudiantes aprovecharon para planificar una acción concreta de impacto social. "Vinimos a contar un poquito qué es lo que estamos haciendo, darle difusión al proyecto y comentar cómo va a funcionar", explicó la preceptora.

Según relató la alumna Zoe Schwab, el proyecto comenzó a gestarse en marzo y fue tomando forma con el tiempo: "Lo veníamos trabajando durante las horas libres en el colegio. Es un proyecto abierto a la comunidad que trata de la difusión de libros y su utilización en espacios públicos. Siempre se va a las bibliotecas, pero queríamos que la gente pueda acceder a libros también en otros lugares".

Malena Herrada, otra de las alumnas que forma parte del grupo, contó cómo comenzaron los primeros pasos para llevarlo a cabo: "Lo primero que hicimos fue mandarle una carta a la municipalidad para pedir permiso, y nos dijeron que sí. Después conseguimos la heladera y mandamos cartas a diferentes empresas, como la cooperativa o la papelera, para que nos donen libros".

Bautista Morales explicó la lógica del funcionamiento: "En la heladera podés agregar un libro o llevarte uno. La idea es que la heladera se cuide lo más posible. Va a haber libros para niños, adultos y adolescentes".

Además del contenido, el grupo también pensó en la estética. Sol Galván detalló: "La heladera va a estar decorada con dibujos hechos por nosotros. La idea es que permanezca en un lugar especial, en la plaza atrás del carrito, para que no afecte la vista general del lugar.”

Ian Sandoval, también alumno de Segundo B, destacó que el proyecto se viene desarrollando en conjunto con todo el curso y la profesora: "Estamos trabajando entre todos los compañeros y con la profe.”

El proyecto también promueve un modelo de lectura circular. "La idea es que la gente pueda llevarse un libro, pero también traer otro. O que se lo lleve, lo lea y después lo devuelva", señaló Patricia Bentivoglia. “Y el que no quiera leer, también puede ir a dejar un libro”.

La directora Daniela Consoli destacó que el proyecto se originó a partir de una inquietud institucional: "Surgió en las horas institucionales. Si bien a los chicos se les propuso la idea al principio de clases, en marzo, es una etapa que viene desde diciembre del año pasado. Aprovechamos las horas libres para pensar qué podíamos hacer, hasta que surgió esta idea".

La elección de una heladera como contenedor no fue casual. "Es hermética, tiene compartimentos y si llueve, los libros no se mojan", explicó la directora. "Son heladeras que estaban en desuso, que nos donaron para el proyecto".

La biblioheladera aún no fue instalada, ya que restan completar algunos detalles. "Nos falta la pintura para decorarla, y algunos libros más. Cuando tengamos todo listo, la vamos a llevar a la plaza", aseguró Consoli.

Mientras tanto, continúan recolectando donaciones. "Necesitamos libros para niños, adolescentes y adultos", remarcó la preceptora Patricia. "Los vamos a clasificar y ubicar de forma ordenada. Y los chicos se van a encargar de ir una o dos veces por semana a la plaza a controlar que esté todo en orden".

Quienes deseen colaborar pueden llevar sus libros directamente a la escuela o comunicarse al teléfono fijo 4940-567. “Vamos a estar muy agradecidos si nos acercan libros o pintura para decorar la heladera. La idea es que toda la comunidad sepa cómo funciona este proyecto y se sume a cuidarlo”, concluyó Bentivoglia.