El pesebre viviente volvió al lago de la plaza “Ernesto Tornquist”
Esta vez fue organizado por la “Parroquia Santa Rosa de Lima” y dirigido por Andrea Camus.
El paseo del lago en la plaza “Ernesto Tornquist”, volvió a convocar para una nueva edición del pesebre viviente.
En esta oportunidad, fue organizado este sábado por la Parroquia Santa Rosa de Lima a cargo del padre Norberto Lopez y bajo la dirección de la profesora Andrea Camus.
Una noche muy agradable que fue acompañada por pobladores y turistas alrededor del perímetro del espejo de agua.
La historia que gira en torno del nacimiento del niño Jesús fue muy bien interpretada por los actores y actrices que colaboraron en la puesta en escena.
El niño dios fue un bebe de apenas diez días, llamado Juan Pedro, hijo de Tamara Calcumil y “Pitu” Castillo, acompañado por Maria de los Angeles Muller (María) y Gustavo Mutti (José).
También en la narración en vivo estuvo Ludmila Becker con el acompañamiento del padre Norberto y Andrea Camus.
Fueron integrantes del elenco Norma Haag, Teresa Haag, Belen Marcolini, Mariela Solé, Meli Maciel, Yanina Gonzalez, Luca Rosatelli, León Rosatelli, Claudia Rosatelli, Thiago Tisera, Josefina Maffioli.
Gustavo Buckle, Santiago Muller y Mario Galindo fueron Los reyes magos. También actuaron Theo Botto, Gustavo Romero, Ana Carolina Torres, Romina Moyano, Renata Bender, Luz Bender, Catalina Bender, Silvia Bermudez, Amadeo Codutti, Piren Mascareño, Luana Dinunzio y Eli Nori.
Agradecieron los organizadores al sonido y técnica a cargo de Orlando y Jhony Contreras (Fénix Producciones). A Mari Muller, Marcela Gimenez,Cooparte por hacerse cargo del alquiler del seguidor de luces y compra de caramelos y a Alfredo Belardinelli que facilitó los fardos de pasto.
A Belén Marcolini por la compra de bolsas de golosinas. Al Pro Tornquist, por la donación de chupetines.
A la municipalidad de Tornquist a través de la Subsecretaría de cultura a cargo de Lucía Urriaga, a Bruno Bordoni, a Néstor Holzmann y al director de servicios públicos Leandro Pascale, por haber facilitado el vestuario, movilidad y el corte de las luces dentro de la plaza y alrededores.
Una vez concluido el espectáculo los reyes entregaron la bolsa de golosinas a los niños y las familias pudieron concurrir a visitar el pesebre.










