Mercedes “Mecha” Barou, su fallecimiento

27/02/2025 16:06:54 | 2488 LECTURAS | FALLECIMIENTOS

Nos dejó este jueves 27 de Febrero en General Roca (Río Negro) a los 92 años.

Este jueves a la hora 14.05, en la clínica Juan XXXIII de General Roca(Río Negro), se apagó la vida de Mercedes Ascensión Barou “Mecha” , a los 92 años.

Tomy, su hijo nos dio la triste noticia y la despidió afirmando que fueron hermosos  y buenos momentos vividos junto a ella, a la que denominó “La Genia de los trapos”, la mujer que contaba historias que ella solo podía recordar, la mejor como mujer, amiga, mamá y persona.

“Mecha” fue una diseñadora de alta costura y la modista de muchos, ella afirmaba que no había nacido en Tornquist pero lo había adoptado desde 1945 cuando llego como pupila al Colegio “Nuestra Señora de Lujàn”.

El primer vestido de fiesta que ella confeccionó fue en 1951 para Kuki Hedeager. Luego fueron  muchos para interminables fiestas de 15, bodas y eventos especiales.

Hubo una oportunidad en una charla que mantuvimos con nuestro medio, ella  se encontraba cosiendo un barbijo y exclama “¿Dónde viste una vieja de 90 años que se haga la ropa para su fiesta”?. Así de fresca era Mecha.

Había festejado a lo grande su nonagésimo aniversario

“Aún sigo trabajando. Mientras mi mente esté clara lo seguiré haciendo. Fui solamente tres meses a corte y confección. Hago los moldes para cada persona. Nunca me recibí”, confiesa.

“En Noviembre del año 2010 regresé a Argentina.”, declara Mecha. “En Junio del año 1995 me fui a Estados Unidos, en principio eran seis meses, pero terminaron siendo 15 años. Me atrapó el trabajo. Fueron exactamente quince años, cinco meses y tres días.”, precisa con una brillante memoria.

La decisión de volver fue porque su hermana enfermó. A pesar de la difícil decisión, optó por regresar al país para poder cuidarla. 

Mercedes recordó cada momento de su infancia vinculado a la costura. “Cuando vivía en el campo, le cosía a la esposa del mayordomo de la Estancia “La Josefina”. Después le cosí a Paula Urban y, en la década del 50, me instalé en Tornquist. Posteriormente puse una boutique con una amiga, que era “Pocha” Madarieta. “Tenía mucho carácter”, reconoce. 

“El primer traje de novia que hice fue en marzo de 1956 para “Cachi” Orlando con Nelo Parro. Aún conservo las fotos. Su hija, cuando se casó, usó el mismo vestido que le diseñé a su madre.”

El plan de viaje hacia América del Norte

“En Buenos Aires conocí a Rubén, que luego se instaló en Nueva York. En un momento me planteó la idea de que me fuera a trabajar con él allá. No me convencía demasiado ser extranjera. Él había puesto una boutique, le iba muy bien, pero su salud lo aquejaba. 

Me llamaba constantemente y me decía: “Mercedes te necesito, ¿por qué no te venís a trabajar conmigo?”. Un día me pidió que fuera a una agencia de turismo de la calle Córdoba porque allí “estaba el pasaje”. Un 15 de mayo retiré el ticket. La fecha del vuelo era el día 8 del mes siguiente.”, relata con precisión Mecha.

“En ese momento lo hablé con varios amigos y me alentaban para que fuera, total no era para siempre.”, continúa.

“Viajé a Tierra del Fuego porque mis hijos estaban viviendo en Río Grande. A Rosana no le agradó la idea, sin embargo, Tomy me dijo “mamá nosotros ya somos grandes, vos estás sola. Es tu trabajo. El día que vuelvas acá estamos.”

“Me despedí de toda mi familia en Bahía Blanca y Saavedra. El 8 de Junio salí para Nueva York.”, relata Mercedes.

SU EXPERIENCIA EN ESTADOS UNIDOS 

“Viví 15 años en la ciudad. Mi casa estaba en Long Island. Uno de los cinco condados. Estaba a cuarenta minutos de Manhattan. Dos o tres veces por semana hacía las compras ahí.”, detalla.

“A la Negra Sosa la conocí en el Lincoln Center.”, recuerda Mecha.

Sobre si cosió a gente famosa relata: “Hice el traje de novia para una puertorriqueña que el padrino era Rudy Giuliani, alcalde en ese entonces de Manhattan.”

“Recuerdo que las formas de trabajo allá eran muy organizadas. Se registraba todo en una agenda, el modelo, el costo. La clienta tenía la obligación de entregarte por adelantado el 30% del valor de la prenda.”, rememora Mercedes.

SUS ESTUDIOS

“Sólo tres meses asistí a clases de corte y confección en Saavedra. Me acuerdo que quería hacer un vestido y un tapado, pero no me dejaban, me decían que eso se hacía a lo último del curso.”, detalla.

Mecha describe sus días con naturalidad: “Me levanto, siempre desayuno bien. En Estados Unidos se trabajaba horario corrido y entonces, siempre lo hago de esa manera. 

Al mediodía tomo unos mates o un té y sigo trabajando.”

Cuando le preguntamos si le gusta salir al bingo o a las fiestas sonríe cómplice y declara:  “Me gusta, sí.”

Sobre un consejo para los que no se encuentran anímicamente bien responde:  “Araña la tierra y resurge como el ave fénix”, concluye Mecha. Contagia alegría y vida. Tan simple y hermoso como eso.

Hoy cerró sus ojos, pero su espíritu seguirá vivo entre nostros. Sus restos, descansarán en el cementerio de la ciudad rionegrina.

Abrazamos a Tomy y Rosana por la pérdida de su mamá

Hsta siempre MECHA.